PARA REFLEXIONAR… SOBRE LA EDUCACIÓN QUE LES ESTAMOS DANDO A NUESTROS HIJOS E HIJAS.
EDUCANDOLES EN VALORAR LO QUE TIENEN Y LO QUE CUESTAN CONSEGUIRLO.
Hoy os queremos acercar el trabajo de dos fotógrafos que se han recorrido el mundo recogiendo con su trabajo como viven muchos de nuestros niños y niñas en los 5 continentes.
El primero es James Mollison fotógrafo keniata autor de un espectacular trabajo fruto de 4 años llamado “Where children sleep” (Donde duermen los niños), un libro de fotografías que cuenta con el apoyo de la ONG“save the children”, y en donde el autor refleja la vida de más de 200 niños a través de la imagen de su dormitorio.
James Mollison nació en Kenia, pero fue criado en el reino Unido, y en la actualidad vive en Italia. Para este trabajo recorrió medio mundo fotografiando menores de distintos países y clases sociales y los lugares donde duermen, toda una reflexión que nos lleva a comparar las diferencias en el mundo.
El libro con su trabajo se agotó rápidamente y está a la espera de nuevas ediciones. Mollison cuenta así como se inspiró en este trabajo:”Me descubrí pensando en mi habitación: cuán insignificante fue durante mi niñez, y cómo reflejaba lo que tenía y quién era. Se me ocurrió que una forma de abordar las complejas situaciones y problemas sociales que afectan a los niños sería mirar sus habitaciones en todo tipo de circunstancias”.
Esta es una muestra de su trabajo:
.
Roathy, de 8 Años, vive en las afueras de Phnom Penh, Camboya. Su casa se ubica en un enorme basurero. Su colchón está hecho de neumáticos viejos. Cinco mil personas viven y trabajan allí. A las seis cada mañana, Roathy y otros cientos de niños se duchan en un centro de caridad antes de empezar a trabajar, buscando entre la basura latas y botellas de plástico que después venden a una empresa de reciclaje. El desayuno es a menudo su única comida del día.
Kaya, de 4 años, vive con sus padres en un pequeño apartamento de Tokio, Japón. Su dormitorio esta repleto, desde el suelo hasta el techo, de ropa y muñecas. La madre de Kaya le confecciona todo su vestuario: tiene 30 vestidos y abrigos, 30 pares de zapatos y numerosas pelucas. Su madre gasta $1,000 mensuales en su guardarropa .
.
Syra, de 8 años, pertenece a la tribu de los Bassari y vive en Senegal. En la aldea creen que el alma que Syra fue robada por los espíritus malignos después de que su madre tratara con un brujo. Debido a esto, a Syra no se le permite dormir bajo el mismo techo que cobije a una mujer en edad de procrear; lo hace con su abuela.
La casa de este chico anónimo duerme en un colchón de un descampado de las afuera de Roma. Su familia llego desde Rumanía en autobús, tras mendigar dinero para pagar los billetes. Cuando llegaron a Roma, acamparon en un terreno privado del que les echo la policía. No tienen papeles, luego no pueden conseguir un trabajo legal. Sus padres ganan dinero limpiando en los semáforos los parabrisas de los coches a cambio de la voluntad de los conductores. Nadie en su familia ha ido nunca a la escuela.
Nantio, de 15 años, es miembro de la tribu Rendile, del norte de Kenya. Tiene dos hermanos y dos hermanas. Su casa es una tienda hecha de pieles y plásticos. Tienen un fuego en mitad de la tienda, alrededor del cual duerme toda la familia. Sus ocupaciones consisten en cuidar el rebaño de cabras, cortar leña y traer agua. Fue a la escuela de la aldea durante un par de años pero decidió abandonar sus estudios. Nantio espera que un moran (guerrero) la escoja para formar matrimonio. Como es costumbre, antes de casarse tendrá que sufrir la ablación del clitoris.
.
Thais, de 11 años, vive con sus padres y su hermana en la tercera planta de un bloque de pisos en Rio de Janeiro, Brasil. Comparte dormitorio con su hermana. Viven en el barrio Cidade de Deus, antaño famoso por el trafico de drogas y la rivalidad entre las bandas mafiosas. Le gustaría ser modelo de mayor.
Jasmine, de 4 años, vive en una gran casa en Kentucky, EEUU, con sus padres y sus tres hermanos. Su casa esta en el campo, rodeada de terrenos agrícolas. Su dormitorio esta repleto de coronas y bandas que ha ganado en diferentes concursos de belleza. Ha participado en mas de 100 competiciones. Gasta su tiempo libre ensayando todos los días con su preparador las escenografías de los concursos. De mayor quiere ser estrella del rock.
Millones de niños de todo el mundo están viviendo infancias muy diferentes. Desde aquellos que están viviendo la pobreza, carecen de alimentos y saneamiento básico, hasta aquellos que son más afortunados por haber nacido en un país donde por lo general la mayor preocupación de un niño es que le compren su videojuego favorito.
Cuando se le preguntó el fotógrafo James Mollison cómo concienciaría a la sociedad sobre la importancia de salvaguardar los derechos de los niños, se acordó de su infancia: lo que él tenía.
A partir de ahí, creó Where Children Sleep (Donde Duermen los Niños), una colección de historias sobre niños de todo el mundo a través de retratos y fotos de sus dormitorios.
1) Bilal, seis años, Cisjordania.
2) Indira, siete años, Kathmandú, Nepal.
Indira, siete años, vive con sus padres, hermano y hermana, cerca de Katmandú, Nepal. Su casa tiene una sola habitación, con una cama y un colchón. Para dormir, los niños comparten el colchón en el suelo. Indira ha trabajado en la cantera de granito local desde que tenía tres años. Hay 150 niños que trabajan en esa cantera. Indira trabaja seis horas al día y luego ayuda a su madre con los quehaceres del hogar. También asiste a la escuela, situada a 30 minutos a pie. A ella le gustaría ser bailarina cuando sea mayor.
3) Ahkohxet, ocho años, Amazonia, Brasil.
4) Dong, nueve años, Yunnan, China.
Dong, de 9 años, vive en la provincia de Yunnan, China, con sus padres, hermana y abuelo. Comparte dormitorio con sus padres y hermana. La familia tiene suficiente terreno como para plantar su propio arroz y cañas de azúcar. La mayoría de las tardes, emplea una hora haciendo los deberes del colegio y una hora viendo la televisión. De mayor quiere ser policía.
5) Anónimo, nueve años, Costa de Marfil.
6) Álex, nueve años, Río de Janeiro, Brasil.
7) Bikram, nueve años, Melamchi, Nepal.
8) Tzvika, nueve años, Cisjordania.
Tzvika, de 9 años, vive en un bloque de pisos en Beitar Illit, un asentamiento israelí en Cisjordania. Se trata de una gran comunidad compuesta por 36.000 judíos ultraortodoxos. La televisión y los periódicos están prohibidos en el asentamiento. Allí, la familia media suele tener 9 hijos, pero Tzvika tiene solo una hermana y dos hermanos, con quienes comparte dormitorio. Va a una escuela donde el deporte no esta permitido. A Tzvika le encanta leer las Sagradas Escrituras y jugar a juegos religiosos con su ordenador. De mayor quiere ser rabino
9) Douha, 10 años, Hebrón, Cisjordania.
Douha, de 10 años, vive con sus padres y otros 11 familiares en un campo de refugiados palestino de Hebron, Cisjordania. Comparte dormitorio con sus cinco hermanas. Su hermano, Mohamed, se inmolo en 1996 matando a 23 civiles en un ataque suicida contra los israelíes. Tras esto, el Ejercito de Israel destruyo la casa de su familia. Douha tiene un póster de su hermano en el dormitorio.
10) Joey, 11 años, Kentucky, EE.UU.
Joey, de 11 años, vive en Kentucky, EEUU, con sus padres y su hermana mayor. Acompaña frecuentemente a su padre a cazar. Tiene dos rifles y un arco, y cazo su primera pieza a la edad de 7 años: un ciervo. Su familia siempre cocina las piezas de caza, y Joey no ve con buenos ojos que se mate a los animales solo por deporte.
Lamine, de 12 años, vive en Senegal. Es alumno de la escuela coranica de la aldea, que no admite a chicas. Comparte dormitorio con otros chicos, donde las camas tienen las patas hechas con ladrillos. A las seis de la mañana, empieza a trabajar en la granja-escuela de la aldea, donde aprende agricultura y ganadería. Por la tarde, aprende el Coran.
12) Rhiannon, 14 años, Escocia.
13) Risa, 15 años, Kyoto, Japón.
14) Netu, 11 años, Kathmandú, Nepal.
En el interior del libro, cada par de fotografías está acompañada por una leyenda extendida que cuenta la historia familiar de cada niño..
El algunas de estas fotos se cumple el dicho de “una imagen vale más que mil palabras”.
Fuentes:
http://www.numaniaticos.com/habitaciones-de-ninos-de-diferentes-paises/
http://algoritmodevida.blogspot.com/2010/11/donde-duermen-los-ninos.html
http://www.lapicesparalapaz.com/2010/11/donde-duermen-los-ninos.html
El segundo es el fotógrafo italiano Gabriele Galimberti (1977) recorrió el mundo durante casi dos años retratando a niños de los cinco continentes mostrando sus juguetes favoritos. El proyecto Toy Stories comenzó por casualidad, cuando unos amigos le pidieron a Galimberti que hiciera una foto de su pequeña hija y ella quiso aparecer con sus muñecas. Era interesante ver cómo el estatus económico y la vida diaria influían en el tipo de juguete… Aprendí más sobre los padres que sobre los niños, menciona el fotógrafo trotamundos. Más allá de las fronteras, los juguetes se convierten en un reflejo del mundo en el que cada niño ha nacido.

Lucas – Sydney, Australia

Davide – La Valletta, Malta

Watcharapom – Bangkok, Tailandia

Noel – Texas, EE.UU.

Bethsaida – Puerto Príncipe, Haití

Botlhe – Maun, Botswana

Kalesi – Viseisei, Islas Fiji

Farida – El Cairo, Egipto

Niko – Alaska, EE.UU.

Tyra – Estocolmo, Suecia
Fuente: http://dixit.pe/foto/ninos-posan-con-sus-juguetes-favoritos/
10 maneras de enseñar resiliencia a tus alumnos
¿Qué se entiende por resiliencia?
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la resiliencia es la ‘capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas‘. Por tanto, se trata de un proceso de adaptación a las experiencias de vida difíciles o extremas. Realmente se trata de un término que no se tiene demasiado en cuenta en los centros escolares y mucho menos en los currículos de la mayoría de las asignaturas. Esto ha hecho replantearme sobre la necesidad y la obligación que tenemos los docentes de incorporar la resiliencia dentro de las aulas, para que los alumnos estén preparados para afrontar con las mejores garantías todos los reveses que puedan padecer a lo largo de su educación.
Fotografía extraída del banco de imágenes de Cenice
Los que me leéis con asiduidad sabéis de la importancia que otorgo a la empatía, a la capacidad de ponerse en la piel del otro, haciéndonos partícipes de sus anhelos y de sus preocupaciones. En este sentido te recomiendo la lectura del artículo titulado 5 consejos para aumentar la empatía de tus alumnos. Pero creo que hay que ir un paso más allá y también conceder la importancia que se merece a la resiliencia para afrontar con plenas garantías el desarrollo integral de nuestros alumnos. Porque en una sociedad donde cada vez se corre más, donde impera la cultura de la inmediatez y donde se niega el fracaso, se hace más necesario que nunca que elaboremos estrategias conjuntas para formar alumnos no sólo desde el punto de vista intelectual, sino también y, sobre todo, desde el punto de vista emocional. He aquí la razón de este artículo y por qué creo que la resiliencia puede ser un factor clave de prevención de problemas relacionados con el crecimiento personal de nuestros alumnos.
Se puede enseñar y es necesario hacerlo.
¿Cómo podemos enseñar resiliencia a nuestros alumnos?
1. Enseña a hacer preguntas. Muchas veces los docentes pensamos en las respuestas que nos darán nuestros alumnos. El profesor pregunta y el alumno responde aquello que le hemos enseñado. En ocasiones es importante no sólo buscar respuestas, sino enseñar a elaborar preguntas. Las preguntas invitan a la reflexión, a la introspección y ello puede ser determinante en el caso de que un alumno pase por un momento personal difícil. Enséñale a formular preguntas abiertas y harás de tus alumnos unos alumnos más reflexivos y capaces de verbalizar sus preocupaciones y adversidades.
2. Enseña la bondad. Se trata de un recurso tremendamente efectivo. Consiste simplemente en pedirles que durante un día piensen en hacer un favor a alguien que les importe. Una vez hecho este favor deben verbalizarlo, es decir, explicarlo en voz alta en clase. Los denominamos actos de bondad son un arma muy poderosa no sólo por el acto de bondad en sí, sino por la gratitud que recibimos por dicho acto. Si educas a tus alumnos en la bondad, les educarás también en la gratitud, serán más sensibles a lo que les rodea y les permitirá afrontarlo con la mejor de las predisposiciones. La gratitud es la que pone la perspectiva a los acontecimientos que podemos considerar como dramáticos.
3. Enseña hábitos saludables. Se trata de un aspecto fundamental si queremos educar a nuestros alumnos en la resiliencia. ¿Por qué? Pues porque una rutina saludable permitirá a los alumnos afrontar con mejores garantías cualquier adversidad que se les presente. Y por hábitos saludables debemos entender el ejercicio físico, dormir las horas necesarias, comer de forma saludable y evitar situaciones estresantes. Con estos cuatro hábitos las posibilidades de afrontar con éxito una crisis siempre aumentarán.
4. Enseña a ser útil. Debemos esforzarnos para que todos nuestros alumnos de una forma u otra se sientan útiles. Si conseguimos que tengan la sensación de que sirven para algo, automáticamente estaremos ante alumnos con una elevada autoestima. Serán alumnos felices y esta felicidad podrá ser determinante no sólo para afrontar sus adversidades, sino también para ayudar a sus compañeros ante cualquier dificultad que surja.
5. Enseña positivismo. Ser positivo consiste en valorar por encima de todo aquello que tienes. Personalmente creo que el positivismo está muy ligado al autoconcepto que todos tenemos de nosotros mismos. En una sociedad tremendamente consumista hay que invertir los valores que tienen los alumnos, es decir, hay que fomentar no lo que les falta, sino todo aquello de que disponen. Hay que hacerles ver de manera consciente qué es aquello que tienen y qué es lo que más valoran de lo que tienen, tanto en lo material como en lo que a las personas y a sus cualidades se refiere. Haz reflexionar a tus alumnos. Convénceles de lo mucho que tienen, y de lo muchos que pueden dar. Para mí, educar a las personas en el positivismo es tremendamente importante y, de hecho, puede ser determinante en caso de que un alumno pueda experimentar algún tipo de pérdida, ya sea de un familiar, de algún animal de compañía, o de algún bien de carácter personal.
6. Potencia habilidades. Este es otro aspecto al que doy mucha importancia a la hora de educar a nuestros alumnos en la resiliencia. También va muy ligado al autoconcepto. De lo que se trata es de que sean los propios alumnos los que descubran por sí mismo cuáles son sus habilidades, es decir, en qué son buenos, en qué pueden llegar a ser los mejores. Una vez lo hayan descubierto, nosotros los docentes debemos potenciarlo al máximo con los recursos que tengamos. Pensar en el potencial que puede suponer una clase de treinta alumnos. Son treinta potencialidades distintas. Es un tesoro enorme del que ellos no tienen conciencia. Estas habilidades podrán resultar claves para poder superar experiencias que se consideren traumáticas.
7. Enseña a resolver problemas. Posiblemente este sea uno de mis apartados favoritos. La resolución de problemas, o de conflictos, es un aspecto que cada vez más se tiene en cuenta en los centros escolares. Debemos ver el conflicto como una oportunidad, es decir, como una posibilidad de resolución. En este sentido las comisiones de convivencia de los centros escolares resultan claves y la formación de alumnos mediadores son una extraordinaria oportunidad de gestionar conflictos no individuales, sino de centro. Aquellos centros escolares que tejen una buena red de mediadores, serán centros que estarán mucho más preparados para afrontar las adversidades que puedan surgir a lo largo de un curso escolar. Al respecto de este punto recomiendo la lectura del artículo El conflicto escolar visto como una oportunidad.
8. Fomenta la autoestima. La autoestima puede jugar un papel decisivo para hacer frente a cualquier tipo de adversidad. De ahí que debamos insistir en reforzar al máximo la autoestima de nuestros alumnos. Y podemos hacerlo a través del refuerzo positivo incondicional, es decir, recordando y verbalizando lo mejor de cada uno de tus alumnos, celebrando sus logros y compartiéndolos con el resto.
9. Crea redes de apoyo. Es fundamental tranmitir a nuestros alumnos que nunca estarán solos ante una adversidad, sea del tipo que sea. De ahí que es muy recomendable establecer redes de apoyo entre compañeros, establecer grupos, alianzas entre los miembros de un mismo grupo. De lo que se trata es crear vínculos, de crear amistades que puedan perdurar en el tiempo y que en la adversidad se conviertan en una red de seguridad. A través de esta red de apoyo los alumnos pueden dar lo mejor de sí en cada momento y retroalimentarse de la gratitud y de la bondad que reciben por parte de sus compañeros.
10. Enseña perspectiva. La perspectiva no es más que el punto de vista desde el cual analizamos la realidad que nos rodea. Por eso es tan importante enseñarla a nuestros alumnos. Ante una situación adversa, la perspectiva juega un papel fundamental para la superación de la misma. De lo que se trata es de descentralizar el foco del dolor y del sufrimiento a través, precisamente, de la perspectiva. Con la perspectiva lo que lograremos es relativizar el problema, es decir, disminuir su magnitud y la desproporción que experimentamos en una situación adversa. A mayor perspectiva, mayor visión. Y a mayor visión, mayor será la posibilidad de superar una situación traumática.
Estas son algunas de las actuaciones que pueden hacer de tus alumnos unos alumnos educados en la resiliencia. El reto es ambicioso, pero estoy seguro de que hay muchas de las actuaciones que aquí propongo que en algún momento has puesto en práctica. De lo que se trata es de ir construyendo día a día, sesión a sesión , unos mecanismos que propicien que puedas enseñar la resiliencia en tus sesiones lectivas. Estoy convencido de que los centros que fomenten la cultura de la resiliencia serán los centros que mejor gestionen las adversidades, tanto desde el punto de vista individual como colectivo.
Quisiera acabar el artículo de hoy con una cita que me gusta recordar cuando me enfrento a alguna adversidad. Desconozco su autor y reza así:
No pidas una carga ligera, sino una espalda fuerte
Autor: Santiago Moll. Extracto de: http://justificaturespuesta.com/10-maneras-de-ensenar-resiliencia-tus-alumnos/
8 consejos para fomentar la responsabilidad en los niños y niñas
Consejos para fomentar la responsabilidad y ser mejores en la vida
Es importante fomentar la responsabilidad, en forma especial en los niños, para que al llegar a adultos sean personas responsables.
1. El primer consejo que se debe tener en cuenta para enseñar la responsabilidad en los niños es el ejemplo que los padres les den, es decir, los buenos hábitos comienzan en el propio hogar de cada uno de los niños, los padres deben cumplir lo que le dicen a sus hijos y lo deben hacer a tiempo.
2. Promover la responsabilidad en los niños se trata de colocar tareas y asignarles tiempo en el que deben cumplir con ellas. Cuando el niño no pueda cumplir, no se debe castigar, por el contrario se le debe dar claves acerca de la manera como hubiese podido realizarlo a tiempo.
Fomentar la responsabilidad enseñando los beneficios que se obtienen por medio de ella.
3. Mostrarles la importancia que tiene el lograr ser personas responsables y las desventajas que tienen aquellas personas que son irresponsables, y desde luego las consecuencias que conlleva la irresponsabilidad de las personas.
4. No hacerles las tareas que a ellos les corresponde. No se trata de no ayudarles, es todo lo contrario, se debe indicarles cómo pueden realizar cada una de ellas, pero ellos son los que las deben realizar, sólo con las indicaciones dadas.
5. Delegarles tareas sencillas y poco a poco ir incrementándoselas, con el fin de que ellos se vayan acostumbrando al uso de la responsabilidad paulatinamente y no lo miren como algo inalcanzable.
Dar confianza a los niños y niñas es una forma de Fomentar la responsabilidad
6. Darles confianza. Los niños y niñas necesitan confianza para que no se estresen pensando que les fue entregada una tarea absolutamente imposible de cumplir, si se les da confianza ellos responden mejor a lo exigido.
7. Facilitarle los medios para que puedan cumplir con las tareas asignadas y de esta forma vayan cultivando la responsabilidad como uno de los valores de sus vidas, en la medida en que el niño va creciendo, con él la responsabilidad.
8. Elaborar un itinerario de actividades, el cual estará en forma de organigrama, este con el fin de que los niños organicen su tiempo y puedan cumplir con todos los compromisos tanto escolares como en el hogar.
10 claves para educar a la infancia en valores
Un equipo de psicólogos, pedagogos y docentes aconsejan sobre cómo formar hijos responsables, autónomos y libres
Con motivo del Día internacional de la Infancia, desde Superpadres.com destacan la relevancia de educar en valores para formar a futuros ciudadanos responsables, autónomos y libres, ofreciendo unas pautas básicas a padres y madres cuando se enfrentan en la ardua tarea de educar a sus hijos, con criterios pedagógicos y bajo una óptica de enseñar los valores que regirán la vida adulta de sus hijos como futuros ciudadanos.
1. El Iceberg
La educación de los hijos/as es como un iceberg, en el que, según los expertos, la parte que está bajo el agua y que aguanta todo su peso, es 10 veces más grande que la parte que podemos ver. En educación también hay una parte que visible y otra parte «bajo el agua»: educación en valores, emocional… Que es la que realmente aguanta todo su «peso». No siempre a esta parte se le presta toda la atención que merece y el iceberg se resquebraja….
2. Sembrar desde la infancia
Una parte muy importante del modo como los niños pensarán y actuarán a lo largo de su vida tiene que ver con el modo como piensan y actúan en su infancia. En la infancia es donde se cimienta la construcción del «edificio» de la educación. Si en la infancia no se han sembrado competencias personales como el autoconocimiento o competencias sociales como la comunicación o la empatía, es muy difícil que puedan aparecer después de un modo espontáneo. En la infancia se genera un depósito emocional al que padres e hijos pueden «agarrarse» en momentos de mayor distancia.
3. Coeducación Familia/ Escuela
No es posible que los niños alcancen un pleno desarrollo de sus competencias intelectuales y emocionales si no es desde la coeducación Familia-Escuela. En la balanza de la Coeducación, a la escuela le corresponde asumir el mayor peso en la formación de competencias intelectuales – técnicas, y es la familia la que debe asumir el mayor peso de la formación en valores y competencias emocionales. Cualquier tipo de desautorización no hace sino restar consistencia y coherencia a todo aquello que dicen o hacen los progenitores, abriendo la puerta, de par en par, a otros agentes educativos cuyos fines no siempre buscan lo mejor de los menores.
4. Ejemplaridad
Los niños aprenden de lo que dicen los adultos pero, fundamentalmente, de lo que ven que hacen sus padres. Como dice Einstein: «Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás, es la única». Cuando se dice algo y se hace justo lo contrario, lo que los hijos/as interiorizan es la fragilidad de los principios de sus padres. Sin la coherencia del decir y el hacer la actuación educativa pierde toda su fuerza y sentido.
5. Equilibrio entre el Sí y el NO
El NO también forma parte de la educación. Cuando a un hijo/a se le educa siempre desde el SÍ, lo que realmente aprende es a decir NO a sus padres. Los límites marcan los cauces que harán más fácil a los niños el construir un modo personal y positivo de ser y estar en la vida. Evitar el cansado conflicto del NO o sobreproteger para evitar frustraciones son estrategias con un recorrido muy corto e ineficaz. Poner límites no está reñido con la libertad.
6. Saber escuchar
Como decía Zenón, «la naturaleza nos ha dado dos oídos y una boca para enseñarnos que más vale oír que hablar». La única manera de que niños y niñas entiendan lo que se les dice es entendiendo, primero, lo que ellos quieren decir. La empatía es el fundamento sobre el que debemos construir todo proceso de comunicación entre padres e hijos. Nunca debería entenderse la comunicación desde una perspectiva «yo gano-tú pierdes», sino desde una dinámica «yo gano-tú ganas».
7. Ser versus Tener
Frente a una continua oferta de búsqueda de felicidad en las grandes cosas…. es necesario ayudar a los hijos a que encuentren la felicidad en las pequeñas cosas de la vida. Encontrar la felicidad en aquello que son y no en aquello que tienen. El objetivo de la educación debe ser conseguir el pleno desarrollo de las potencialidades de los niños desde el respeto a su individualidad, pero también para contribuir en el logro de una ciudadanía más justa posible.
8. Progresar sin renunciar
No se vivir de espalda al progreso, pero eso no significa que renunciar a la solidez de valores atemporales. Valores como el esfuerzo no cambian con los tiempos. Los educadores deben saber mirar al pasado, vivir en el presente y proyectar en el futuro. Las nuevas tecnológicas suponen un innegable avance que debe saberse interpretar técnicamente, pero que en ningún caso debe «exigir» un cambio en el sistema de valores propio, en el desarrollo emocional. Ante la obviedad que la tecnología ni siente ni padece, son las personas las que hacen de ella una herramienta que aporta o quita…
9. Pedagogía de la calma
Los niños necesitan tiempos para hacer, pero también tiempos para pararse a pensar en aquello que hacen. La acumulación de actividades con el único fin de incrementar el currículum en una sociedad que se «autodefine» como competitiva no puede sustentarse si no se apoya en tiempos para la reflexión y la calma. Los niños y niñas necesitan tiempos para «aburrirse” y los padres y madres necesitan tiempos para transmitirles no solo conocimientos y habilidades técnicas, sino todo el cariño que les tienen.
10. Optimismo
El pesimismo y la añoranza de que todo tiempo pasado fue mejor son los dos grandes enemigos a los que puede enfrentarse un educador. Y por eso siempre hay que dejar abierta una puerta a la posibilidad de cambio. La educación y la fatalidad del destino: «me ha nacido así…» son incompatibles. Las etiquetas no sirven sino para aumentar las posibilidades de que se cumpla aquello que pronostican. El problema de la educación es que una parte muy importante del resultado de todo aquello que se hace no es visible a corto plazo. Solo desde el optimismo se puede educar hijos optimistas.
Vía: http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20131120/abci-educacion-infancia-valores-201311191551.html
Los diez valores que transmitir a tu hijo para convivir en sociedad
Partiendo de la base de que los padres tienen libertad para transmitir los valores que consideren más convenientes para sus hijos, siempre hay algunos principios que parecen los básicos para una convivencia social en armonía. Óscar González, profesor y director de la Escuela de Padres con Talento, ha confeccionado una propuesta que resultará muy útil para empezar. Se trata de una guía de valores que poco a poco irá configurando nuestra propia escala de principios a medidas que crecemos.
Pero antes de inculcar a los hijos una serie de valores, los padres deben plantearse que «es más importante lo que hacemos que lo que decimos», como aconseja González, y, por tanto, «hay que dar coherencia» a nuestras acciones y comportamiento. Los padres tienen que dar ejemplo: «no pueden decir al niño que sea respetuoso con los demás si nosotros estamos continuamente faltando el respeto a todo el mundo», dice el profesor. Hay muchos momentos en el día a día de poner en práctica estos valores para que los hijos alcancen una convivencia en sociedad:
1. La empatía: El niño tiene que aprender a ponerse en el lugar del otro siendo el otro y entender cómo piensan y sienten los demás ya que se trata de un valor necesario para la convivencia.
Pregúntate: ¿Muestras empatía ante los sentimientos de tu hijo?
2. La humildad: Es necesario que el niño aprenda que no es superior ni a nada ni a nadie en ningún sentido, a pesar de mostrar seguridad en las capacidades que posee. Vivir con una actitud humilde le permitirá conocerse mejor, valorar sus fortalezas e intentar mejorar sus debilidades.
Pregúntate: ¿Eres humilde o por el contrario arrogante o prepotente? ¿qué ejemplo le muestras a tu hijo?
3. La autoestima: Es importante que el niño aprenda a valorarse a sí mismo. Esto sirve de base para educar la empatía. Una buena forma de fomentar la autoestima es a través de una herramienta muy poderosa: el elogio.
Pregúntate: ¿Elogias continuamente a tu hijo o solo le recuerdas lo que hace mal?
4. El compromiso: El compromiso es un valor que demuestra madurez y responsabilidad. Se va adquiriendo progresivamente con los años. Debemos hacer ver a nuestros hijos el valor de la palabra dada. No hay nada mejor que dar ejemplo.
Pregúntate: ¿Cumples con tu palabra?
5. La gratitud: Es importante y valioso que nuestros hijos aprendan a mostrar gratitud. Este valor va unido a las gratificaciones positivas, por eso es importante que continuamente reconozcamos a nuestro hijo lo bien que hace las cosas. Y pensad que la gratitud no se trata solo de dar las gracias, sino que nace del corazón, de nuestro interior, del aprecio a lo que alguien hace por nosotros.
Pregúntate: ¿Te muestras agradecido ante tu hijo y con los demás?
6. La amistad: Nuestro hijo debe aprender el valor de la amistad, del afecto mutuo que nace del contacto con el otro. Aprenderá que el verdadero valor de la palabra amistad va mucho más allá que un simple click agregando amigos en sus redes sociales.
Pregúntate: ¿Cuidas tus amistades?
7. El optimismo: Es muy importante que nuestros hijos aprendan a vivir la vida con entusiasmo y optimismo, buscando siempre el lado positivo de las cosas a pesar de los reveses que nos presenta la vida. Deben huir del pensamiento negativo que nos atenaza.
Pregúntate: ¿Te muestras alegre y optimista ante tu hijo o negativo y pesimista?
8. La paciencia: Nuestro hijo debe cultivar la paciencia y aprender a diferir gratificaciones huyendo del «lo quiero aquí y ahora». Esto ayudará a controlar y canalizar su impulsividad mostrando una actitud paciente y serena frente a la vida.
Pregúntate: ¿Practicas la paciencia en tu día a día?
9. El esfuerzo: Un valor necesario en la sociedad actual que se caracteriza por la inmediatez y el mínimo esfuerzo. El niño tiene que aprender que todo lo que quiere conseguir requiere de un esfuerzo.
Pregúntate: ¿Actúas con esfuerzo en tus actividades y proyectos?
10. La felicidad: Este debe ser el objetivo de la educación que ofrecemos a nuestros hijos, conquistar su felicidad y que sean capaces de transmitir y contagiar esa felicidad a los demás. Para ello es importante cultivar la alegría, el optimismo, el sentido del humor, etc. Solo aquel que es feliz puede transmitir felicidad.
Pregúntate: ¿Eres feliz en tu vida?
Vía: http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20130918/abci-diez-valores-hijos-201309181040.html
GUÍA EXPRÉS PARA EL HOMBRE IGUALITARIO
Porque la co-educación en igualdad no solo es cosa de mujeres:
http://www.conigualdad.org/descargas/guia%20express%20del%20hombre%20igualitario.pdf
20 de Febrero, Día Mundial de la Justicia Social
El Día Mundial de la Justicia social se colocó en el calendario internacional para concienciar a la ciudadanía mundial y promover una actitud de ayuda y lucha contras las injusticias y desigualdades sociales. Con estas actividades, tus estudiantes se interesaran por este tema y se verán motivados a actuar para conseguir un mundo mejor.
Pequeños actos individuales, todos unidos al mismo tiempo y en un mismo lugar, pueden significar un gran cambio en la sociedad actual.
Os dejamos el enlace dónde se proponen las actividades:
http://www.smconectados.com/Dia_Mundial_de_la_Justicia_Social.html
EDUCANDO EN VALORES
Podemos educar en valores a nuestros hijos e hijas a través de cuentos, historias, con el ejemplo o a través de dibujos como estos que podrán pintar en casa en las lluviosas tardes de otoño y las frías tardes de invierno:
EDUCANDO EN LA IGUALDAD
La Casa de la Mujer del Ayuntamiento de Zaragoza lleva más de veinte años trabajando con el objetivo de impulsar cambios en la sociedad que contribuyan a conseguir la igualdad entre mujeres y hombres.
Uno de los grandes temas a través del cual podemos visibilizar desigualdades y trabajar en la igualdad, desde muy temprarna edad, es la Corresponsabilidad Doméstica y Familiar. Para ello, ya en el año 1999 diseñamos un Programa para realizar en las aulas con niños y niñas, chicos y chicas.
El Programa de Corresponsabilidad Doméstica y Familiar, que ahora os hacemos llegar, se ha implementado a lo largo de ocho cursos escolares, en diez centros educativos de Zaragoza, y en él han participado más de 3500 alumnos y alumnas.
Presentamos esta carpeta didáctica con la certeza de que muchos centros de primaria de nuestra ciudad tienen entre sus objetivos trabajar la realción en igualdad entre niños y niñas. El material ha sido elaborado íntegramente por profesionales de la Casa de la Mujer que lo han experimentado y modificado a lo largo de estos años en función, tanto de las propias evaluaciones, como de las aportaciones de los docentes que han colaborado.
Primer Ciclo
Segundo Ciclo
Tercer Ciclo
COMO DETECTAR PROBLEMAS EN EL
APREDIZAJE DE LOS NIÑOS Y NIÑAS
El niño o niña con problemas de aprendizaje específicos presenta patrones poco usuales, a la hora de percibir las cosas en el ambiente externo. Sus patrones neurológicos son distintos a los de otros niños o niñas de su misma edad. Sin embargo, tienen en común algún tipo de fracaso en la escuela o en su comunidad.
Cuando un niño o niña tiene problemas para procesar la información que recibe, le delata su comportamiento. Los padres y madres deben estar atentos y observar las señales más frecuentes que indican la presencia de un problema de aprendizaje:
– Dificultad para entender y seguir tareas e instrucciones.
– Problemas para recordar lo que alguien le acaba de decir.
– Dificultad para dominar las destrezas básicas de lectura, deletreo, escritura y/o matemática, por lo que fracasa en el trabajo escolar.
– Dificultad para distinguir entre la derecha y la izquierda, para identificar las palabras, etc. Puede presentar tendencia a escribir las letras, las palabras o los números al revés.
– Falta de coordinación al caminar, hacer deporte o llevar a cabo actividades sencillas como sujetar un lápiz o atarse el cordón del zapato.
– Facilidad para perder o extraviar su material escolar, libros y otros artículos.
– Dificultad para entender el concepto de tiempo, confundiéndo el «ayer», con el «hoy» y/o «mañana».
– Tendencia a la irritación o a manifestar excitación con facilidad.
Características de los problemas de aprendizaje
Los niños que tienen problemas del aprendizaje con frecuencia presentan, según la lista obtenida de When Learning is a Problem/LDA (Learning Disabilities Association of America), características y/o deficiencias en:
Lectura (visión) El niño se acerca mucho al libro; dice palabras en voz alta; señala, sustituye, omite e invierte las palabras; ve doble, salta y lee la misma línea dos veces; no lee con fluidez; tiene poca comprensión en la lectura oral; omite consonantes finales en lectura oral; pestañea en exceso; se pone bizco al leer; tiende a frotarse los ojos y quejarse de que le pican; presenta problemas de limitación visual, deletreo pobre, entre otras.
Escritura Invierte y varía el alto de las letras; no deja espacio entre palabras y no escribe encima de las líneas; coge el lápiz con torpeza y no tiene definido si es diestro o zurdo; mueve y coloca el papel de manera incorrecta; trata de escribir con el dedo; tiene un pensamiento poco organizado y una postura pobre.
Auditivo y verbal El niño presenta apatía, resfriado, alergia y/o asma con frecuencia; pronuncia mal las palabras; respira por la boca; se queja de problemas del oído; se siente mareado; se queda en blanco cuando se le habla; habla alto; depende de otros visualmente y observa al maestro de cerca; no puede seguir más de una instrucción a la vez; pone la tele y la radio con volumen muy alto.
Matemáticas El alumno invierte los números; tiene dificultad para saber la hora; pobre comprensión y memoria de los números; no responde a datos matemáticos.
Fuente consultada: – Social / Emocional. Niño hiperactivo, con baja autoestima y atención.
EDUCAR EN VALORES: ALGO REALMENTE IMPORTANTE
¿Por qué es importante y necesario que eduquemos a nuestros hijos e hijas a través de los valores?. Educar a nuestras hijas e hijos para que aprendan a dar valor a algunas conductas y comportamientos les ayudará a convivir de mejor manera y a sentirse bien en el ambiente en que se encuentren.
Valores como la amistad, la comprensión, la tolerancia, la paciencia, la solidaridad y el respeto, son esenciales para un sano desarrollo de los niños y niñas.
Un niño o una niña que conoce el límite del otro u otra, podrá vivir una vida sana y saludable, sea en su entorno familiar o escolar. La personita que sabe respetar a los demás, será más fácilmente respetado, y así en todos los aspectos de su vida.
La transmisión de los valores a los hijos e hijas
Los valores son las reglas de conducta y actitudes según las cuales nos comportarnos y que están de acuerdo con aquello que consideramos correcto. Al nacer, los niños y niñas no son ni buenos ni malos. Con la ayuda de sus mayores, educadores y de los que conviven con ellos, aprenderán lo que está bien y lo que está mal decir, hacer, actuar, vivir y relacionarse.
Pero, ¿cómo educar a los hijos e hijas en valores? Primero, conociendo cada uno de los valores. Hemos elegido los principales valores para que los padres y madres hagan un repaso y luego se los enseñen en el día a día a sus hijos e hijas.
También es preciso recordaros que los niños y niñas aprenden con el ejemplo. El ejemplo que dan sus mayores en su forma de relacionarse con los demás, de pedir las cosas, de compartir mesa, asiento, de cooperar, de ayudar a los demás, de defender, de reclamar, de tolerar y aceptar. Si sus mayores no tienen paciencia con su hijo o su hija, ¿qué creen que el niño o la niña va a aprender? La responsabilidad que tienen los padres y las madres en la transmisión de los valores a sus hijos e hijas es crucial, así como la necesidad de enseñarles habilidades sociales para que aprendan a convivir con sus semejantes de una forma sana.
Valores para educar |
|
Amabilidad | Obediencia |
Amistad | Perseverancia |
Amor a la naturaleza | Respeto al bien común |
Bondad | Respeto a la diversidad |
Generosidad | Tolerancia |
LA GENEROSIDAD SE APRENDE POCO A POCO
La generosidad es la inclinación o propensión del ánimo de una persona a ser útil e interesada a otro ser, mostrando nobleza, valor y esfuerzo. La persona generosa es noble, desprendida, dadivosa.
Al niño o niña pequeña hay que educarle esta virtud con el ejemplo. Los niños y niñas deben aprender a actuar a favor de otra persona de una forma desinteresada y no por conseguir algo a cambio.
Aprender a ser generoso o generosa:
Para conseguir que los niños y niñas sean generosos, es necesario educarlos en este valor poco a poco. Si los padres y madres aprueban sus pequeños esfuerzos, les estarán motivando a seguir con estos actos generosos.
Hay veces, que hasta a los mayores nos cuesta prestar algunas de nuestras pertenencias más preciadas ( nuestro portatil, nuestro coche, etc.) para nosotros, y sin embargo, queremos que nuestros hijos e hijas presten sus juguetes que para ellos son sus mayores «tesoros».
El niño o niña puede aprender a ser generoso o generosa:
– Cuando es animado a ser dadivoso con los demás
– Cediendo sus juguetes en el juego, pero si hay algún juguete especial (como el muñequito de dormir) que no quiere dejar y va ha venir a casa algún amiguito o amiguita guardaremos ese juguete antes de que lleguen nuestros invitados.
– Escuchando cuentos que hablan del tema
– Cuando comprende qué es ser egoísta y generoso
– Compartiendo sus juguetes, caramelos
– Regalando sonrisas y cariño
– Viviendo en un ambiente de participación y servicio a los demás
– Viendo que sus padres ayudan a otros padres y les hacen favores
– Identificando las necesidades de los demás
Fuente consultada: – Cuentos y canciones para compartir valores. Ed. de la Infancia
APRENDER A SER OBEDIENTE
La obediencia es una actitud responsable de colaboración y participación, importante para las buenas relaciones, la convivencia y las tareas productivas. La acción de obedecer es aquella en la que se acatan normas, órdenes, reglas y comportamientos.
Aunque el aprender a obedecer parece un valor a inculcar solamente a los niños, toda persona puede, y debe, procurar su desarrollo.
La obediencia no se determina por el afecto que puedas tener hacia la persona que autoriza, manda o pide, se concentra en realizar la tarea o cumplir el encargo que se te encomienda, sin pedir nada a cambio.
Aprender a ser obediente
La obediencia forma parte del aprendizaje del control y regulación de la conducta, de la asimilación de las reglas, primero en el plano externo, haciendo las cosas como el adulto le dice para agradarlo, y ganarse su aprobación y elogio; y, posteriormente, si el niño es debidamente estimulado por el adulto, por propio deseo, aprendiendo a controlar su conducta y cumplir las reglas de manera consciente, ya no para agradar a nadie sino por la satisfacción que esto le produzca. El aprender a ser obediente consiste también en que se explique el por qué es necesario que se haga las cosas que se le pidan.
El niño puede aprender a ser obediente:
– Sabiendo qué es lo que sus padres o profesores quieren.
– Conociendo la satisfacción que su obediencia producirá.
– Sabiendo el por qué y el valor de cada orden.
– Teniendo claras sus obligaciones y deberes.
– Con una enseñanza sistemática de todas sus actividades.
– Teniendo reglas en casa y en la escuela.
– Cuando siente la aprobación de sus padres cuando es obediente.
– Con las experiencias de sus padres.
– Cuando siente que con la desobediencia no consigue lo que quiere.
Fuente consultada: – Cuentos y canciones para compartir valores. Ed.de la Infancia
¡VIVA LA AMISTAD!
Hoy inauguramos esta página dedicada a la educación en valores y lo queremos hacer de la manera más lúdica posible para los niños y niñas. Nuestro amigo Pocoyo nos ayudará a aprender que los amig@s y la verdadera amistad son más importantes que las cosas materiales.
La amistad es uno de los valores más importantes a desarrollar en la educación de los niños y niñas. Se trata del afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece mediante las interrelaciones entre los seres humanos.
Para que el niño o una niña aprenda sobre el valor de la amistad es necesario formarle con nociones, conocimientos, habilidades, emociones, vivencias, sentimientos, y que le preparemos para vivir con armonía y respeto hacia los demás.
Aprender a ser amig@
Los niños y niñas deben saber quién es un buen amig@ y por qué, cómo se comportan los buenos amigos y las buenas amigas, y cómo mantener una buena amistad. Deben aprender que un buen amigo o amiga puede ser para siempre, y que para eso es necesario cultivar y alimentar la amistad, día tras día, en la escuela, en el parque, en la vecindad, etc. El contacto con los iguales hace con que el universo del niño o la niña sea aún más grandioso y rico. A través del otro, él puede aprender mucho de todo y de sí mismo.
El niño o niña puede aprender a ser amigo y amiga
– Busca la conciliación y no se pelea con sus compañeros ni compañeras.
– Comparte sus juguetes con los demás niños y niñas.
– Conversa y atiende a los demás.
– Ayuda a un compañero o compañera que ha hecho algo malo explicándole lo incorrecto de su actuación.
– Se preocupa por sus compañeros y compañeras.
– Se esfuerza por hacer algo útil en beneficio de los amigos y las amigas.
– Anima al que está triste.
– Se alegra con los logros positivos de los demás.
– Invita a sus amigos y amigas a jugar en su casa.
– Se preocupa por algún amigo o amiga herido o enfermo/a.
– Demuestra afecto y cariño a sus amigos y amigas.
Fuente consultada: – Cuentos y canciones para compartir valores. Ed.de la Infancia y guiaintantil.com